Muchos jóvenes con inteligencia media-alta, han podido gestionar la impulsividad e hiperactividad durante primaria y secundaria. Sólo cuando la carga de trabajo intelectual ha sido muy alta o cuando han aparecido ciertas comorbilidades, hemos podido averiguar que existía un trastorno de déficit atencional desde primera infancia.

Aparte de las dificultades en la atención y concentración, ¿qué comorbilidades tienen los adolescentes con TDAH?

Ansiedad

Hasta el 30% de los niños y adolescentes experimentan una crisis de ansiedad. Formas de presentación son la fobia social, el trastorno de estrés postraumático o el trastorno de ansiedad generalizada. Síntomas comunes son las palpitaciones, opresión en el pecho, miedo, sudoración, temblores, hormigueo, náuseas o mareo.

Insomnio:

El adolescente medio suele dormir alrededor de 6 horas, pero necesitará al menos 9. Es común el desajuste circadiano acostándose muy tarde y despertándose a media mañana. Cafeína, redes sociales, deberes pospuestos y la búsqueda de soledad en la noche, agravarán la concentración y el rendimiento cognitivo.

Depresión

Irritabilidad, desesperanza, falta de interés, pobre concentración, insomnio o hipersomnia, pensamientos de autolesión. Aunque menos frecuente que la ansiedad, es una comorbilidad del TDAH.

Abuso de sustancias

La adolescencia es una época de exploración, donde el consumo de drogas y alcohol, es común.

Cuando el uso es continuado aparecen cambios de comportamiento y un rendimiento escolar deteriorado. El uso intensivo sostenido puede conducir a déficits cognitivos permanentes y empeoramiento de otras comorbilidades como la ansiedad o la depresión.

Los psicoestimulantes prescritos para el TDAH, con frecuencia son vendidos o substituidos por otras drogas en ambientes universitarios.