Es el 4º mineral más abundante en nuestro cuerpo, pero la mitad de la población es deficiente. Es cofactor de múltiples reacciones enzimáticas, hasta 600, en el cerebro y el resto del cuerpo.

Una de las principales es la producción de ATP y la formación de nuevas conexiones neuronales (neuroplasticidad). Hasta el 20% del ATP se utiliza en el cerebro y para ser biológicamente activo debe ir unido a una molécula de magnesio.

El magnesio lo podemos encontrar en cereales integrales, pollo, ternera, semillas, legumbres, frutos secos, hojas verdes gruesas y el salmón.

El magnesio es capaz de estabilizar el estado anímico general y mejorar el sueño. Actúa sobre la memoria a largo plazo por su capacidad neuroplástica que fortalece las sinapsis en el hipocampo. Tiene efectos beneficiosos en la depresión. En el TDA varios estudios han demostrado el déficit de magnesio hasta en un 95% de las personas.

La dosis recomendada es de 400 mg al día. La forma que mejor pasa la barrera hematoencefálica es L-treonato, que es capaz de tolerarse hasta 1 gr diario, sin provocar diarreas. Otras formas admitidas son aspartato, glicinato, lactato, clorato, torato y sulfato. El citratro y oxido de magnesio al no estar queladas tienen menor beneficio.