Salud respiratoria y microbioma: el eje intestino-pulmón

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes a nivel mundial que afecta a casi el ocho por ciento de las personas (más de 24 millones) solo en los EE. UU.

La aparición del asma en la niñez puede afectar el desarrollo de las vías respiratorias y persistir hasta la edad adulta. El asma del adulto acelera el deterioro de la función pulmonar y aumenta la susceptibilidad a las infecciones.

Las personas con asma tienen una inmunidad antiviral alterada. Presentan pobres respuestas de las citocinas y un mayor riesgo de hospitalización. Los adultos con asma suelen tener comorbilidades, como diabetes, osteoporosis, enf. cardiovascules, síndrome metabólico, etc.

Toda afección pulmonar crónica presenta un microbioma pulmonar alterado.

  • El microbioma influye en el sistema inmunológico del huésped. Las células inmunes en los pulmones se reclutan a partir de células inmunes preparadas en los linfáticos gastrointestinales.
  • Si existe una disbiosis gastrointestinal, es muy probable que exista una disbiosis oral y pulmonar. Los gérmenes de la boca son frecuentemente microaspirados durante el sueño. Por ello es necesaria una buena higiene bucal.
  • Por otra parte los lipopolisacáridosde las bacterias intestinales, median mucha inflamación sistémica a través de la estimulación de unos receptores llamados Toll-like 4. Favoreciendo la inflamación crónica a nivel bronquial.
  • Otro mecanismo es el nervio vago. Una disbiosis gastrointestinal puede dañar el nervio y favorecer que endotoxinas migren por él, provocando inflamación en distintos órganos, incluído el cerebro. Recuerde que hay tantas neuronas en el intestino como en uno de los hemisferios cerebrales.

Estos cuatro puntos hacen que la salud intestinal y la respiratoria estén estrechamente ligada.