Tres estudios recientes en el Journal of Psycopharmacology, Neuropsychopharmacology y Journal International de Neuropsycopharmacology, muestran importantes efectos del cannabis en los procesos cognitivos y psicológicos.
El cannabis es usado por el 35% de la población entre 18 y 25 años. Aproximadamente 192 millones de personas en todo el mundo con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años. Es una droga recreativa “suave” que esconde su potencial de provocar problemas cognitivos serios.
El tetrahidrocannabinol (THC) es el principal compuesto psicoactivo del cannabis. Los receptores del cannabis están densamente poblados en las áreas prefrontal y límbica del cerebro, involucradas en recompensa y motivación. Regulan neurotransmisores como dopamina, GABA y glutamato.
En uno de los estudios se compararon pruebas de memoria, usando, la batería automatizada de Cambridge (CANTAB). Los consumidores tenían un peor rendimiento. También afectó a funciones ejecutivas, como el pensamiento flexible.
Por otra parte se han observado un exceso de decisiones arriesgadas y problemas en la planificación. Anhedonia o incapacidad para sentir placer. Y por último experiencias psicóticas e incluso debuts de esquizofrenias latentes.
Se evidenciaron diferencias de género, donde los consumidores masculinos tenían una memoria visual más pobre, mientras que las femeninas tenían más problemas con la atención y las funciones ejecutivas.
Una hipótesis es que la falta de regulación del glutamato y la dopamina despertaran la psicosis latente. También se ha involucrado una zona del hipocampo llamada uncus (involucrada en la memoria) y con gran cantidad de receptores canabinoides.
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