Estudio de la Universidad de Harvard publicado en Lancet Neurology 2015

Estos productos químicos no sólo son carcinógenos sino que conducen a cambios neurológicos en los niños. Contribuyen a una pandemia silenciosa de déficits neuroconductuales, erosionando la inteligencia y los comportamientos. Se encuentran en nuestros hogares, nuestra agua, alimentos y el suministro de aire.

Número 1: Plomo. Este es uno de los compuestos más ampliamente investigado en términos de desarrollo neurológico. Ha sido consistentemente relacionado con déficits graves, incluyendo bajo coeficiente intelectual. Sus efectos parecen ser permanentes, lo que lleva a la conclusión de que no existe un nivel seguro de exposición. Conduce a problemas de conducta, de atención, de audición, daño en los riñones, retraso de crecimiento, conducta agresiva, dificultad para dormir, dolores de cabeza, irritabilidad y pérdida de las habilidades adquiridas en el desarrollo.

Número 2: Metilmercurio.  Afecta el desarrollo neurológico del feto. Exposición a menudo de la ingesta materna de pescado. También llamado “tiomersal” y se ha utilizado en vacunas.

Número 3: Bifenilos policlorados (PCB). Asociado con la función cognitiva reducida, presente en el pescado y pasa a través de la leche materna.

En 1978 la producción Bifenilos Policlorados (PCB) fue prohibida, pero debido a que ya está en la hidrosfera, seguimos consumiendolo. Afecta al estradiol, provocando alteraciones hormonales y provoca retraso del desarrollo neurológico en el niño.

La EPA ha establecido un nivel de seguridad 0% de toda el agua potable, pero ya es imposible conseguirlo dado que está en el medio ambiente.

Número 4: Arsénico. Se ha relacionado con deterioro de la función cognitiva en escolares. Usado como conservante de la madera y en algunos productos farmacéuticos, agrícolas y corporales.

Número 5: Tolueno. Se utiliza como disolvente en productos comunes para el hogar (pinturas,  adhesivos, fragancias sintéticas y esmalte de uñas), se añade a la gasolina para aumentar el octanaje y en el humo del cigarrillo. Relacionado con problemas de desarrollo cerebral y déficit de atención en los niños.

Número 6: Manganeso. En el agua potable en Bangladesh, por ejemplo, este producto químico se ha relacionado con las puntuaciones más bajas en matemáticas, función intelectual disminuida y el TDAH. Daña el cerebro y el esperma. Se ha demostrado que altera el aprendizaje y la memorización.

Número 7: Fluoruro. Relacionado con una disminución de 7 puntos en el coeficiente intelectual de los niños. Perjudicial para el desarrollo del cerebro y puede conducir a trastornos del espectro del autista y otros problemas mentales.

Número 8: Clorpirifos y DDT (plaguicidas). Ligado a anomalías estructurales del cerebro y problemas de desarrollo neurológico. Relacionados con la enfermedad de Alzheimer, trastornos del desarrollo cerebral como el TDAH y otros trastornos del aprendizaje. Frecuente que haya en nuestras frutas y verduras

Número 9: Tetracloroetileno. Estos disolventes se han relacionado con la hiperactividad y el comportamiento agresivo. Usado en peluquería y esteticistas. También conocido como “solución de limpieza en seco”,  es ampliamente utilizado para lavar ropa.

Número 10: Eteres polibrominatos difenilo (retardantes de llama). La exposición prenatal se ha relacionado con trastornos del desarrollo neurológico en el niño.