Un laboratorio de la Universidad de Boston podría haber averiguado cómo la estimulación de corriente alterna transcraneal (tACS) mejora las capacidades mentales de las personas.

La actividad eléctrica débil instaurada en la zona cerebral requerida, podría provocar que las neuronas de esa zona dispararan rítmicamente en la dirección deseada.

Este estudio concuerda con la reciente publicación de la universidad de Stanford, referente a la forma de actuación de la estimulación magnética transcraneal (https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2218958120). En este caso la estimulación transcraneal modifica la dirección de la actividad eléctrica en pacientes con depresión mayor entra la ínsula y la corteza cingulada.

Si las células cerebrales se coordinan en su ritmo de activación, gracias a la actividad eléctrica, su comunicación se vuelve más efectiva. Comunicación por otra parte alterada en la mayoría de las enfermedades neuropsiquiatricas.

Ya en 2016 un metanálisis demostró la evidencia del uso de actividad eléctrica transcutánea para mejorar la capacidad cognitiva. En este nuevo metanálisis de 102 estudios publicados, que incluyeron a 2893 personas en poblaciones neuropsiquiátricas. Se buscaron distintos efectos, viéndose mejoras moderadas de la función cognitiva. En concreto la atención, el control ejecutivo, la inteligencia fluída y la memoria de trabajo y a largo plazo (https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abo2044).

Lógicamente estos hallazgos tan prometedores permiten nuevos protocolos terapéuticos con mayor flexibilidad personal, consiguiendo cambios duraderos en la función cognitiva.