A pesar del consumo de calorías suficientes (y a veces excesivo), no es infrecuente detectar déficit de micronutrientes. Vemos niños con problemas en el desarrollo social, el comportamiento y el rendimiento académico, con sobrepeso y en cambio con cierta desnutrición.

Está bien establecido que los nutrientes juegan un papel esencial en el crecimiento y desarrollo, la función inmune y el desarrollo de los órganos. Sin embargo, si miramos solo un pequeño número de estudios recientes, la evidencia muestra que una buena nutrición afecta positivamente el desarrollo social. En cambio con una nutrición deficiente existe un impacto negativo en áreas cerebrales que desempeñan papeles importantes en el desarrollo de una conducta social positiva.

Además, las investigaciones sobre desequilibrios nutricionales específicos revelan influencias negativas sobre múltiples factores. Por ejemplo, la vitamina B12 baja en niños, se asocia con más dificultades para resolver pruebas cognitivos a los cinco años de edad (por ejemplo, rompecabezas, reconocimiento de letras e interpretación de los sentimientos de otros niños). Por otra parte, el desequilibrio de cobre / zinc (por falta de zinc) está asociado con síntomas de TDAH.

Resulta alarmante que sólo el 1% de los niños de entre 2 y 18 años cumplen con las recomendaciones de verduras / legumbres, mientras que solo el 31% consumen suficientes frutas, y solo el 4,5% cumple con la ingesta recomendada de carnes magras.

¿Con qué podemos suplementar?

  1. Aminoácidos que se encuentran en fuentes de proteínas saludables como suero de leche, arroz integral y proteínas de guisante pueden ayudar a lograr el consumo ideal de aminoácidos esenciales necesarios para miles de reacciones en todo el cuerpo (por ejemplo, salud muscular, procesos de desintoxicación, función tiroidea, síntesis de neurotransmisores producciones enzimáticas, además del cabello y la salud de las uñas).
  2. Zinc esencial para el funcionamiento de más de 300 enzimas en el cuerpo, apoyando la función inmune, la función digestiva, la curación de la piel y el estado de ánimo / salud cognitiva.
  3. Magnesio, junto con el calcio, la vitamina D (una deficiencia común) y los aminoácidos, favorecen la salud del cerebro y del estado de ánimo, al tiempo que ayudan al crecimiento y desarrollo del sistema musculoesquelético.
  4. Complejos multivitamínicos.
  5. Hierro.