Según una publicación reciente en el European Respiratory Journal, el alto consumo de fructosa (jarabe de maiz, zumo de frutas y bebidas endulzadas con sacarosa) durante el embarazo parece asociar un aumento de asma y atopia infantil.

La patogenia, radica en que la fructosa aumenta los niveles de proteína C reactiva y la producción de ácido úrico, lo que puede ser un activador y amplificador de linfocitos T-helper (Th2). Por otra parte, la fructosa acondiciona el microbioma intestinal modificando también la respuesta inmune. Todo ello supone una respuesta inmune Th2 post-nacimiento e inflamación alérgica durante el desarrollo de los pulmones.

http://erj.ersjournals.com/content/50/1/1700073