La falta de regulación es ligeramente inquietante teniendo en cuenta que el 36 por ciento de las personas de 18 a 25 años tienen tatuajes, y hasta un 40 por ciento de 26-40 años de edad.

Muchos pigmentos utilizados en tintas de tatuaje son colorantes industriales adecuados para tinta de impresora o pintura para automóviles. Las tintas del tatuaje contienen una enorme variedad de metales pesados. Por ejemplo, las tintas rojas contienen a menudo mercurio que se queda de forma permanente en la piel. La FDA no ha aprobado ningún pigmento para la inyección en la piel, hasta la fecha.

La solución transportadora de la tintas para tatuajes contiene sustancias nocivas tales como alcoholes desnaturalizados, metanol, anticongelante, detergentes, formaldehído y aldehídos tóxicos.

Los salones de tatuajes son regulados desde el punto de vista higiénico pero no se les pide a los fabricantes los ingredientes que contiene su tinta.

Es conocido que los tatuajes pueden causar infecciones, reacciones alérgicas, queloides (formación de una cicatriz hipertrófica), granulomas (inflamación) y posibles complicaciones en las resonancias magnéticas.

Se han encontrado ocho casos de melanoma maligno en la zona del tatuaje. Las tintas de tatuajes pueden contener carcinógenos, pero no está claro si los casos reportados de cáncer de piel están asociados con tatuajes o se han producido coincidentemente.

Un estudio de investigación publicado recientemente por la Universidad de Texas Southwestern Medical School en Dallas descubrió que el tatuaje comercial “inocente” puede ser el distribuidor número uno de la hepatitis C. El estudio fue publicado en La revista Medicine (Haley RW, Fischer RP, Tatuaje comercial como una fuente potencial de infección por hepatitis C, Medicina, Marzo 2000; 80: 134-151).