Un estudio longitudinal realizado por la Universidad de Aalto y la Universidad de Oulu siguió la actividad cerebral y conductual de una persona durante cinco meses utilizando escáneres cerebrales y datos de dispositivos portátiles y teléfonos inteligentes.

Hallazgos principales:

  1. La actividad cerebral evoluciona en respuesta a patrones de sueño, actividad física, estado de ánimo y frecuencia respiratoria durante varios días, no solo en eventos aislados.
  2. Existe una fuerte relación entre la variabilidad del ritmo cardíaco y la conectividad cerebral, especialmente durante el descanso.
  3. La actividad física influye positivamente en la interacción entre regiones cerebrales, potencialmente afectando la memoria y la flexibilidad cognitiva.
  4. Se identificaron dos patrones de respuesta: uno a corto plazo (menos de 7 días) y otro a largo plazo (hasta 15 días).
  5. Los cambios sutiles en el estado de ánimo y el ritmo cardíaco dejaron impresiones duraderas por hasta 15 días.

El estudio es único por su monitoreo detallado durante un período prolongado. La investigadora principal, Ana Triana, fue también la sujeto del estudio.

Los investigadores esperan que este enfoque innovador inspire futuros estudios que combinen datos cerebrales con la vida cotidiana para ayudar a personalizar el tratamiento de la salud mental. El método podría revolucionar la atención médica personalizada, permitiendo intervenciones más tempranas y mejores resultados en trastornos neurológicos y de salud mental.