(fuente Dr. Klinghardt)
Las neurotoxinas son substancias atraídas por el sistema nervioso humano. Son absorbidas por las terminaciones nerviosas y circulan dentro de la neurona hasta el cuerpo celular. En su recorrido afectan las funciones vitales de la célula nerviosa como el transporte de nutrientes axonal, la respiración mitocondrial y la adecuada transcripción del ADN. El cuerpo se esfuerza constantemente por eliminar las neurotoxinas a través de las vías de salida disponibles: el hígado, los riñones, la piel y el aire exhalado.
Entre los mecanismos de detoxicación se encuentran acetilación, glucoronidación, oxidación y otros.
Desde la absorción por la mucosa en adelante, las toxinas pueden tener cuatro posibles vías:
1. Absorción neuronal y a través de la medula espinal (neuronas simpáticas) o tronco encefálico (parasimpáticas), y de vuelta al cerebro
2. Absorción venosas y a través de la vena porta
3. Absorción linfática y a través del ducto torácico hasta la arteria subclavia
4. Absorción por bacterias intestinales y los tejidos del tracto intestinal
He aquí una lista no exhaustiva de neurotoxinas comunes por orden de importancia:
Metales pesados: mercurio, plomo, cadmio y aluminio
Biotoxinas: toxina del tétanos, toxina botulínica (botox), ascaridina (de los parásitos intestinales), diversas toxinas de tipo estreptococo, estafilococo, enfermedad de Lyme, clamidia, tuberculosis, toxinas fúngicas y toxinas producidas por virus
Xenobióticas (toxinas medioambientales sintetizadas por el ser humano): dioxina, ftalatos, formaldehídos, insecticidas, conservantes para madera, PCB, etc.
Conservantes alimenticios, excitotoxinas y cosméticas: aspartamo (endulzante dietético) colorantes alimenticios, fluoruro, metil- y propilparabeno, etc.
5 mecanismos de detoxificación
- Alta absorción de proteínas, minerales, ácidos grasos y líquidos
Las proteínas proveen los precursores para la desoxidación endógena de metales y los agentes de enlace
Una base mineral sana es un prerrequisito para todo intento de desoxidación a metales.
Los lípidos representan 60-80% del sistema nervioso central y precisan ser reabastecidos constantemente.
Sin un aporte suficiente en líquidos los riñones pueden sufrir una contaminación por metales.
- Cilantro
Esta hierba de cocina es capaz de movilizar el mercurio, cadmio, plomo y aluminio tanto en los huesos como en el sistema nervioso central.
- Chlorella
La chlorella posee numerosos efectos benéficos para la salud: antiviral (especialmente efectivo contra el cytomegalovirus de la familia herpesvirus); fijador de toxinas (membrana mucopolisacárida) de todos los metales tóxicos conocidos, toxinas medioambientales como dioxina y otras; repara y activa las funciones detoxicadoras del cuerpo; eleva considerablemente el glutatión intracelular reducido; súper-nutriente: 50-60% de contenido en aminoácido, nutriente ideal para vegetarianos; fortalecedor del sistema inmune.
- Ajo (allium sativum) “ajo de oso” (allium ursinum)
Se ha comprobado que el ajo protege las células blancas y rojas de la acción oxidante dañina de los metales en la circulación sanguínea. El ajo además contiene el mineral protector más importante contra la toxicidad del mercurio: el selenio bioactivo.
- Aceite de pescado (omega-3)
Los complejos de ácidos grasos EPA y DHA, presentes en el aceite de pescado, brindan mayor flexibilidad de las células rojas y blancas y por lo tanto mejoran la microcirculación del cerebro, del corazón y de otros tejidos.