Estimulación magnética transcraneal y neurofeedback en autismo

El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Con estimaciones recientes que indican que 1 de cada 36 niños en EE.UU. es diagnosticado con TEA, los investigadores buscan mejorar los métodos de detección temprana. Un nuevo estudio, publicado en NeuroImage, revela cómo las diferencias en la conectividad de la materia blanca del cerebro podrían estar relacionadas con los síntomas centrales del autismo, ofreciendo esperanzas para un diagnóstico más preciso y temprano.

El desafío de diagnosticar el TEA

Actualmente, el diagnóstico del TEA se basa principalmente en evaluaciones conductuales, que pueden ser subjetivas y retrasar la intervención. Dado que el apoyo temprano puede mejorar significativamente el desarrollo, los científicos han recurrido a la neuroimagen para identificar marcadores biológicos del autismo.

Hallazgos clave: materia blanca y conectividad funcional

Investigadores de la Universidad de Fukui analizaron resonancias magnéticas de 34 niños con TEA y 43 niños con desarrollo típico, centrándose en los tractos de materia blanca—las “autopistas neuronales” que conectan distintas regiones cerebrales. Descubrieron:

  • Diferencias estructurales en el hemisferio izquierdo, crucial para el lenguaje y la cognición social.
  • Dos vías clave destacaron:
    • El fascículo longitudinal superior (FLS), vinculado a conductas repetitivas.
    • El cingulum, asociado con dificultades de comunicación.
  • Conectividad funcional más débil en cerebros con TEA, lo que sugiere una coordinación deficiente entre las redes neuronales relacionadas con el comportamiento y la cognición.

Hacia un diagnóstico más temprano y preciso

Estos hallazgos podrían abrir el camino para el uso de biomarcadores basados en resonancias magnéticas, como la anisotropía fraccional (AF) y la difusividad media (DM), para identificar el TEA de manera más temprana. La investigadora principal, la Dra. Akemi Tomoda, sugiere que estos avances también podrían guiar intervenciones personalizadas, como:

  • Neurofeedback
  • Técnicas de estimulación cerebral
  • Terapias dirigidas a fortalecer conexiones neuronales específicas

¿Qué sigue?

Aunque se necesita más investigación, este estudio nos acerca a comprender las raíces neurológicas del TEA y a desarrollar herramientas de diagnóstico más objetivas. Al identificar estos patrones de conectividad cerebral, los científicos esperan facilitar intervenciones tempranas y un mejor apoyo para las personas con autismo.

Referencia:
Wang J, Kawata NYS, Cao X, et al. White-Matter fiber tract and resting-state functional connectivity abnormalities in young children with autism spectrum disorder. NeuroImage. 2025;310:121109. doi: 10.1016/j.neuroimage.2025.121109