Cuando cualquiera de las personas del entorno cercano a un niño, presenta preocupación por su desarrollo del lenguaje, es momento de visitar al logopeda. Con una evaluación integral, que tome en cuenta factores biológicos, sociales y afectivos, el logopeda puede  bridar orientaciones para favorecer un nivel de lenguaje que le permita el logro de un desenvolvimiento pleno en su vida futura dentro de la sociedad.  En la mayoría de los casos basta con hacer algunos cambios en la rutina diaria del hogar para alcanzar mejoras significativas en el desarrollo lingüístico.

Algunas señales que debemos tomar en cuenta son:

  • Dificultad para succionar, masticar o tragar. Las estructuras orofaciales forman parte del soporte biológico del habla. El abordaje temprano de las disfunciones de estas  previne no solo alteraciones del lenguaje sino también problemas posturales, atencionales y estéticos.
  • Perdida de la fluidez del habla por bloqueos o repeticiones de sílabas acompañadas de ansiedad. No todas las difluencias son tartamudez y en la mayoría de los casos se superan espontáneamente alrededor de los 3 o 4 años. Un logopeda debe evaluar si estas se corresponden o no con una etapa natural del desarrollo. Es muy importante la intervención temprana, ya que en caso de ser tartamudez existe oportunidad de recuperar la fluidez antes de los 6 años de edad.
  • Voz ronca o de tono grave. El tono natural en u niño es agudo. Si el niño presenta frecuentes ronqueras, o incluso tiene la voz ronca desde chico sin causa aparente, debe ser evaluado por un logopeda. Con la orientación adecuada se pueden prevenir alteraciones en las cuerdas vocales.
  • El niño tiene más de 5 años y aún no pronuncia el sonido “rr”. Antes de esa edad se encuentra en el proceso de aprendizaje de este fonema. Ya a los 5 años cumplidos puede aprender con facilidad a pronunciarlo. Algunos niños requieren de ayuda del logopeda.
  • Tiene 3 años y se le entiende menos del 80% de lo que dice. Para la edad de 3 años ya los chicos deben expresarse casi como un adulto y los extraños deben ser capaces de comprenderlos.
  • Pareciera tener poco interés en comunicarse. Desde los 3 meses aproximadamente, los chicos comienzan a demostrar el gusto por compartir interacciones con sus seres cercanos con sonrisas en respuesta a los juegos o mimos . En cualquier etapa del desarrollo es fundamental observar que nuestro niño disfrute e intente comunicarse así no sea del todo claro lo que trata de decirnos.