Desde los inicios de 2025, las redes sociales nos están alertando de un presunto brote intenso de metaneumovirus en China. Esto ha generado preocupación por una posible repetición del COVID-19. Sin embargo, es importante entender la diferencia entre una estación respiratoria normal y una verdadera pandemia.

La estación respiratoria es un fenómeno regular que ocurre durante los meses fríos, especialmente en el hemisferio norte desde octubre a abril. Durante este período, las infecciones respiratorias aumentan naturalmente debido al clima frío y a que las personas pasan más tiempo en espacios cerrados. En esta temporada, tres virus principales son los protagonistas: influenza, coronavirus y virus sincitial respiratorio.

Las verdaderas pandemias, por otro lado, ocurren cuando aparece un virus completamente nuevo, típicamente cuando salta de animales a humanos. En las últimas dos décadas, hemos experimentado cuatro pandemias significativas: el SARS en 2002-2003, la influenza H1N1 en 2009, el MERS en 2014-2015 y el COVID-19 en 2019-2020.

En cuanto al metaneumovirus debemos saber que no es un virus nuevo, aunque fue descubierto recientemente en 2001. Es típicamente un virus de primavera que, si bien puede causar cuadros graves en grupos de riesgo como niños pequeños, ancianos y personas con condiciones preexistentes, no presenta un historial de causar pandemias.

La situación actual en China no representa una emergencia sanitaria global, sino más bien una temporada respiratoria particularmente intensa. La saturación de hospitales durante estas temporadas, aunque preocupante, es un fenómeno común que se observa en muchos países durante los picos de actividad viral estacional.

Por lo tanto no debemos estar preocupados ni tampoco caer en la complacencia. Es fundamental aprovechar estas experiencias para mejorar los sistemas de salud, invertir en mejor infraestructura hospitalaria y asegurar que el personal médico esté mejor capacitado. Aunque esta situación particular no representa una pandemia, es crucial estar mejor preparados para cuando llegue la próxima emergencia sanitaria real, que probablemente vendrá de una nueva cepa de influenza o coronavirus.