DETOXIFICARSE

El cuerpo se desintoxica en un proceso de tres fases, utilizando el hígado, los riñones, el intestino, la piel y los pulmones.

  1. Fase I: Bioactivación
  2. Fase II: Conjugación
  3. Fase III: Transporte y Eliminación

El objetivo es convertir las toxinas liposolubles (que se almacenan en la grasa y son difíciles de eliminar) en compuestos hidrosolubles (solubles en agua) para que puedan ser excretadas por la orina, la bilis (en las heces) y el sudor.

Este protocolo está diseñado para ser progresivo. Cada fase construye sobre la anterior. Es fundamental no saltar a las fases avanzadas sin haber establecido una base sólida en las primeras.

FASE 0: Siempre

Reducción de la carga tóxica externa:

Agua: Filtrar el agua de bebida (idealmente con ósmosis inversa).

Alimentos: Priorizar alimentos orgánicos para minimizar pesticidas. Evitar alimentos procesados y aditivos artificiales.

Aire: Usar purificadores de aire en casa (HEPA) y asegurar una buena ventilación.

Productos de uso personal o limpieza: Cambiar a opciones naturales sin fragancias sintéticas, parabenos, ftalatos, etc.

Entorno: Usar recipientes de vidrio o acero inoxidable para alimentos en lugar de plástico.

Optimización de las vías de eliminación básicas:

Hidratación: Consumir suficiente agua filtrada para mantener la orina de color claro.

Salud intestinal y excreción:

Fibra: Consumir 30-40 gramos de fibra al día (frutas, verduras, legumbres, semillas de chía/lino) para asegurar la eliminación regular a través de las heces y atrapar la bilis tóxica.

Probióticos: Incorporar alimentos fermentados (kéfir, chucrut, kimchi) o un suplemento probiótico de alta calidad para mantener un microbioma saludable.

 

FASE 1: Nutrición

Esta fase se centra en proporcionar al cuerpo los nutrientes específicos que necesita para que sus propias vías de detoxificación (Fase I, II y III) funcionen a pleno rendimiento.

Apoyo hepático (Fase I y II):

Dieta rica en sulforafano: Consumir diariamente vegetales crucíferos (brócoli, coles de Bruselas, coliflor, repollo).

Dieta rica en azufre: Incluir ajo, cebolla, puerros y huevos.

Dieta rica en antioxidantes: “Comer el arcoíris” con abundantes frutas y verduras de colores vivos.

Hierbas de apoyo:

Cúrcuma (con pimienta negra): Potente antiinflamatorio y soporte para la producción de bilis.

Cardo Mariano (Silimarina): Protector y regenerador hepático. Dosis de 200-400 mg de silimarina al día.

Proteína de Calidad: Asegurar un consumo adecuado (carne de pasto, pescado salvaje, huevos, legumbres) para proporcionar los aminoácidos necesarios para la conjugación (glicina, glutamina, taurina).

Los “4 Básicos” (adaptados del protocolo Cutler):

Vitamina C: 500-2000 mg/día (repartido).

Magnesio: 400-600 mg/día (glicinato, malato).

Vitamina E: 400 UI/día (d-alfa-tocoferol).

Zinc: 25-50 mg/día (no con todas las comidas).

Manejo del estrés suprarrenal:

Técnicas de relajación: Meditación, respiración profunda, yoga.

Adaptógenos: Considerar hierbas como Ashwagandha o Rhodiola si el estrés es un factor importante.

 

FASE 2: Adsorventes intestinales y otras alternativas.

Esta fase introduce prácticas activas y agentes que atrapan toxinas directamente en el intestino, evitando su (re)absorción.

Estimulación física de la eliminación:

Sauna (especialmente Infrarroja): 2-3 veces por semana para promover la sudoración. Hidratarse bien antes y después.

Cepillado en seco (Dry Brushing): Diariamente antes de la ducha para estimular el sistema linfático.

Ejercicio físico: Actividad regular que incluya movimientos para la linfa (rebotar, yoga, caminar).

Prácticas de medicina yradicional:

Oil Pulling: 15 minutos por la mañana con aceite de coco o sésamo.

Acupuntura / Acupresión: Sesiones para estimular los meridianos del hígado, riñones e intestino.

Terapia de ventosas (Cupping): Ocasionalmente para movilizar estancamiento.

Adsorbentes intestinales (Binders):

Atrapar toxinas (metales, endotoxinas bacterianas) en el tracto digestivo para asegurar su salida. Tomar siempre alejado (2 horas) de alimentos, medicamentos y otros suplementos.

Opción A (Suave): Chlorella de pared celular rota y Zeolita (Clinoptilolita) de alta pureza. Se pueden tomar diariamente en dosis bajas.

Opción B (Potente): Carbón Activado. Usar de forma ocasional (ej. después de una comida pesada, exposición a toxinas o si se sienten síntomas de malestar).

 

FASE 3: Quelación sistémica

Esta es la fase más avanzada y potente, diseñada para movilizar y eliminar metales pesados almacenados en los tejidos profundos y el cerebro.

Protocolo de quelación Andy Cutler:

Principio Clave: Usar quelantes farmacológicos (ALA, DMSA, DMPS) en dosis bajas y frecuentes siguiendo su vida media para evitar la redistribución tóxica.

Agente quelante principal (para el cerebro): ALA (Ácido Alfa Lipoico), administrado cada 3 horas, día y noche.

Agentes de apoyo (para el cuerpo): DMSA (cada 4h) o DMPS (cada 8h). Se pueden usar solos o en combinación con ALA.

Se realizan “rondas” de quelación de 3 días, seguidas de un de 4 días.

Se inicia con dosis muy bajas 0.27 mg por kg de peso) y se aumenta muy lentamente según la tolerancia.

Se debe estar atento a los síntomas de efectos secundarios (fatiga suprarrenal, sobrecrecimiento de levaduras) y ajustar el protocolo de apoyo en consecuencia (con antifúngicos, etc.).