Las dificultades del lenguaje no se deben a un único factor, sino a una compleja interacción de elementos neurobiológicos. A menudo, observamos diferencias en cómo se han desarrollado las “carreteras” del lenguaje en el cerebro, una conectividad neuronal que podría ser más eficiente o una forma particular de procesar los sonidos del habla. Esta trayectoria del neurodesarrollo diferente debe ser optimizada para fomentar el progreso adecuado.

A nivel fisiológico, las dificultades del lenguaje suelen deberse a una combinación de factores neurobiológicos. Esto puede incluir una arquitectura cerebral atípica, donde áreas clave para el habla y la comprensión (como las de Broca y Wernicke) tienen una maduración o estructura diferente, a menudo influenciada por una predisposición genética ligada a genes como el FOXP2.

Más allá de la estructura, el problema puede residir en una conectividad neuronal ineficiente, donde las conexiones débiles o desorganizadas entre las áreas cerebrales ralentizan el procesamiento del lenguaje. Esto se manifiesta frecuentemente como un déficit en el procesamiento auditivo, dificultando al cerebro el discriminar los sonidos del habla con la rapidez y precisión necesarias.

Es crucial entender que estas características no son un daño, sino una trayectoria de neurodesarrollo diferente que puede ser optimizada mediante intervenciones específicas que fomenten la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad natural del cerebro para cambiar y crear nuevas conexiones.

Evaluación inicial completa

Todo comienza con entender a tu hijo en profundidad. No creemos en soluciones únicas. Por eso, nuestro primer paso es siempre una evaluación exhaustiva que incluye:

  • Un perfil médico y logopédico para conocer sus fortalezas y desafíos.
  • Un mapeo cerebral (qeeg) para ver en tiempo real cómo funciona su cerebro.

Terapia de neuronas espejo

El cerebro humano está diseñado para aprender imitando gracias a las “neuronas espejo“. Son un tipo de célula cerebral que actúa como un “eco” silencioso dentro de nuestra mente. Su característica única es que se activan no solo cuando realizamos una acción, sino también cuando simplemente observamos a otra persona hacerlo.

Este mecanismo de “reflejo” crea una simulación interna de la acción ajena en nuestro propio cerebro, permitiéndonos comprender las intenciones, sentimientos y movimientos de los demás de una manera directa e intuitiva. Los terapeutas utilizan este mecanismo natural a través de modelado claro y exagerado de sonidos, juegos de imitación, dramatizaciones y apoyos audiovisuales.

Neuromodulación directa

Una vez sentadas las bases, podemos ir un paso más allá para potenciar la plasticidad cerebral.

Neurofeedback (NFB): a través de un entrenamiento que parece un videojuego, enseñamos al cerebro de tu hijo a autorregularse. El nfb recompensa los patrones de ondas cerebrales asociados con la atención y el procesamiento del lenguaje, haciendo que las redes neuronales sean más eficientes y estén mejor preparadas para aprender.

Estimulación magnética transcraneal (EMT): esta técnica no invasiva y segura es como una “gimnasia” para las neuronas. Usamos pulsos magnéticos suaves para activar las áreas del lenguaje que necesitan un impulso, facilitando que creen nuevas y más robustas conexiones.

Estimulación directa transcraneal (tdcs): esta es otra técnica de neuromodulación suave y no invasiva. Utiliza una corriente eléctrica de muy baja intensidad, aplicada a través de electrodos en el cuero cabelludo, para “preparar el terreno” en las áreas cerebrales del lenguaje. La tdcs no fuerza a las neuronas a activarse, sino que las hace más receptivas al aprendizaje.

Soporte bioquímico

El folato (en su forma activa) es una vitamina crucial para la creación de neurotransmisores (los mensajeros químicos del cerebro) y para asegurar que el “cableado” neuronal funcione a máxima velocidad.

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